El Único, nacido de la fusión de los dioses ancestrales tras una contienda cósmica, es la deidad neutral que vela por el mundo de Arkaiko. Permite a sus habitantes forjar su propio destino, siempre y cuando mantengan la veneración debida y no transgredan los límites establecidos.

Edictos honra el mundo, venéralo con sinceridad, busca el propio camino dentro de las leyes, mantén el equilibrio, cumple los juramentos y recuerda el sacrificio de los dioses primordiales. El Único guía sin imponer, esperando respeto y orden en el desarrollo de mundo.

Anatema la profanación del mundo, la negación de su veneración, la incitación al caos fuera de las formas, la búsqueda de extremos destructivos, el quebrantamiento malicioso de juramentos y el olvido del sacrificio de los dioses primordiales. Ofenden al Único las acciones que destruyen el equilibrio, niegan su divinidad, promueven el desorden injustificado, abrazan la destrucción absoluta, rompen la confianza fundamental y deshonran su origen.

Atributo divino libre 

Beneficios para Los devotos

Fuente divina curar o dañar

Santificación divina puede elegir sagrada o sacrílega 

Habilidad divina Religión

Arma predilecta cualquiera

Dominios cualquiera

Conjuros de clérigo cualquiera divino

Fes

Más allá de los templos dedicados al Único y los vestigios de cultos antiguos, el corazón del Mundo Arkaiko alberga diversas expresiones de fe y entendimiento del mundo. Algunas religiones y filosofías prescinden del  Único como foco central, encontrando su significado y propósito sin la necesidad de un símbolo divino externo que prodigue beneficios.

Señores de la Bruma En sus prácticas ocultistas, estos adeptos honran la memoria del antiguo dios de la bruma. Su fe se centra en la naturaleza profunda del poder sombrío. Buscan la maestría sobre esta magia, viéndola como un legado del ser supremo que una vez envolvió el mundo en su brumosa presencia.

Edictos Dedica tu estudio y práctica a desentrañar los misterios del poder ocultista, la esencia misma que una vez fluyó del dios de la bruma.

Anatema Levantar la mano o la mente con la intención de venerar, obedecer o fortalecer al Único es una traición imperdonable a la memoria de su deidad ancestral. Cualquier alianza o acto de sumisión hacia el Único mancilla el legado que juraron preservar.